Por Braulio Jatar
En tiempos de violencia, siempre aparecen voces que culpan a los derechos humanos como responsables de los males. En un afán por ganar espacios en redes sociales, se acusa a las normas fundamentales que nos definen como seres humanos de ser cómplices de los más malvados.
Pero aquellos que ven en los derechos humanos a los victimarios no comprenden que son los países civilizados los que atraen la mayor inversión internacional. Un estado de derecho que respeta los derechos humanos es indispensable para garantizar la entrada de capitales, y el crecimiento económico es uno de los pilares para el desarrollo de una nación.
Las ONGs, como defensoras de los derechos humanos, no son enemigas de la inversión y el crecimiento económico, sino todo lo contrario. Su labor es crucial para asegurar un estado de derecho que proteja los derechos fundamentales de todos los ciudadanos, independientemente de su origen, raza o condición social.
En este sentido, los políticos que buscan obtener ganancias a corto plazo ensillando sus caballos a la carrera, sin tener en cuenta los derechos humanos, pueden terminar generando más conflictos que beneficios para la sociedad.
Chile, como una nación en desarrollo, necesita de los derechos humanos para enfrentar a los verdaderos victimarios, y no caer en la confusión entre agresores y defensores de la sociedad. La defensa de los derechos humanos es una tarea esencial para el crecimiento y la prosperidad de una nación, y no debería ser objeto de discusión ni de críticas infundadas.
Editor Reporte Confidencial / Abogado 18342 / Comunicador SNTP 8248 / Locutor 17210 / Profesor Inteligencias / Escritor / 7 libros amzn.to/2G3W6ja
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