¿Es el intercambio de rehenes un alimento al terrorismo?

¿Es el intercambio de rehenes un alimento al terrorismo?

El pasado 18 de julio de 2025, se consumó un polémico acuerdo trilateral: Estados Unidos, Venezuela y El Salvador realizaron un canje en el que 252 venezolanos

¿Es el intercambio de rehenes un alimento al terrorismo?

Por Braulio Jatar

El pasado 18 de julio de 2025, se consumó un polémico acuerdo trilateral: Estados Unidos, Venezuela y El Salvador realizaron un canje en el que 252 venezolanos, deportados desde EE. UU. a la cárcel de máxima seguridad CECOT en El Salvador, fueron repatriados a cambio de la liberación de 10 ciudadanos estadounidenses y un número indeterminado de presos políticos en Venezuela

Un ciclo peligroso: ¿esto no es financiar a terroristas?

Legitimación por negociación
Iniciativas de este tipo, más allá del valor humano del rescate, envían una señal clara: lo retengo hasta que obtenga beneficios. Los estados se impulsan a practicar lo mismo, incluso si los capturadores son movimientos armados, secuestradores o gobiernos obstructivos.

Política de facto de “pago al secuestrador”
El uso de la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798 por Trump permitió deportaciones masivas sin juicio, etiquetadas incluso por un tribunal como contrarias al debido proceso. El canje sirve de justificación: si lo deportamos a El Salvador, luego negociamos. ¿No se convierte esto en un incentivo para futuros secuestros?

Endoso del autoritarismo
Aunque se presenta como “solidaridad humanitaria”, la negociación fortalece a regímenes violadores de derechos humanos, pues demuestran que detener rehenes rinde dividendos políticos —y hasta económicos—. Human Right Watch y otras voces califican las deportaciones y las condiciones en Cecot como violaciones graves

Este canje no tiene precedentes. Puede entenderse como un acto de rescate humanitario, sí. Pero si despreciamos las implicaciones estratégicas, caemos en una política impulsiva que desafía principios éticos y socava la defensa del Estado.
Preguntémonos: ¿a cuánto estamos dispuestos a negociar? ¿Vale el costo incentivar conductas que ponen en riesgo vidas humanas?
El intercambio de rehenes, si no se acompaña de límites claros y políticas responsables de prevención y sanción, puede transformar a los rehenes en simples “cartera negociable” del terrorismo moderno.

La realidad incómoda

Este intercambio puede haberse hecho con las mejores intenciones. Nadie puede negar el alivio de las familias que recuperaron a sus seres queridos. Pero si no ponemos límites claros, si no acompañamos estos rescates con consecuencias reales para quienes toman rehenes, corremos el riesgo de convertir a las personas en simple mercancía.

Al final, la pregunta no es si debemos rescatar rehenes. Por supuesto que sí. La pregunta es: ¿cómo lo hacemos sin crear más víctimas en el futuro? Porque cada vez que premiamos a quien secuestra, estamos financiando el próximo secuestro.

Editor Reporte Confidencial / Abogado 18342 / Comunicador SNTP 8248 / Locutor 17210 / Profesor Inteligencias / Escritor / 7 libros amzn.to/2G3W6ja

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