Hoy después de tres años, volví al salón de clases a reencontrarme con mis muchachos en nuestras lecciones de Inteligencia Emocional. Dios, la luz y la fuerza están con Uds y en Uds. Adelante, siempre adelante, por encima de toda roca…adelante. Gracias por su afecto.
Hoy después de tres años, volví al salón de clases a reencontrarme con mis muchachos en nuestras lecciones de Inteligencia Emocional. Dios, la luz y la fuerza están con Uds y en Uds. Adelante, siempre adelante, por encima de toda roca…adelante. Gracias por su afecto. pic.twitter.com/btORDLdsMp
Jesús ha dicho: “Nadie puede entrar en la casa del poderoso para conquistarla, a menos que le ate sus manos”. Esto es lo que muchos, durante demasiado tiempo, no han entendido sobre la realidad venezolana.
Las cancillerías con algunos matices y entendemos que por razones de historia reciente, han hecho del debate sobre Venezuela, una letanía donde la palabra “solución pacífica” se antepone a toda tramitación. Es como poner a la carreta a empujar la mula y esperar que el objeto inmóvil, ponga en marcha al semoviente.
En conversaciones con varios generadores de opinión en Chile, hemos precisado que Cristo no dijo “invadan con fuerza militar al enemigo”, simplemente pedía inmovilizarlo para poder cumplir con el objetivo.
Finalmente esta semana, los países que conforman el Tratado Interamericano de Asistencia Reciproca (TIAR), aprobaron avanzar contra un régimen, que la Alta Comisionada de Derechos Humanos de la ONU, ha cuestionado por una multiplicidad de transgresiones a las garantías que corresponden a todo ser humano desde su nacimiento.
Los que han pretendido satanizar al TIAR; parece no haber leído ni tan siquiera el primer artículo del Tratado cuando señala:
“Las Altas Partes Contratantes condenan formalmente la guerra y se obligan en sus relaciones internacionales a no recurrir a la amenaza ni al uso de la fuerza en cualquier forma incompatible con las disposiciones de la Carta de las Naciones Unidas o del presente Tratado”.
Nadie está queriendo quemar la mula y la carreta, pero para lograr que la primera se mueva, solo hay dos formas: O le enseñas el heno de fleo o el palo. En negociaciones donde una parte solo respeta la fuerza, es mejor tener un contundente florero que una rosa sobre el escritorio, no conocemos a nadie que le tema a una hermosa flor.
Los países que vienen exigiendo acciones en Venezuela, han sumando todo tipo de esfuerzos, es así como también esta semana, el Consejo de DDHH de la ONU, aprobó la creación de una Comisión Independiente cuya función básica, será investigar “casos de ejecuciones extrajudiciales, desaparición forzosa, detención arbitraria, tortura (…), con miras a asegurar la plena rendición de cuentas de los autores”, reza el texto aprobado.
Cuando a Rubén Blades, el gran cantante de la salsa nacido en Panamá, le preguntaron para qué necesitaba el título de abogado de Harvard teniendo tanto reconocimiento como músico en el mundo, su respuesta fue: “Es una especie de pistola calibre 45 que tengo sobre la mesa, por si la necesito cuando se dude de mi capacidad intelectual”.
El señor Blades sabe muy bien como enfrentar a los “Pedros Navajas”.
Del asesinato de Orlando Letelier a la aplicación del TIAR en Venezuela
Braulio Jatar Alonso.-
Tucídides un historiador y militar ateniense dijo que “la historia es un incesante volver a empezar”. La semana pasada fue designado Michael Kozak, como subsecretario de Estado de EEUU para el hemisferio Occidental.
Kozak estuvo involucrado en 1991, en los distintos planes para traer a la justicia americana, a los asesinos de Orlando Letelier. En octubre del 2005, John Kerry, Secretario de Estado le entrega a la entonces presidenta Michelle Bachelet, un pendrive con cerca de 300 documentos desclasificados sobre el asesinato en 1976 del excanciller chileno, en Washington.
Letelier ex ministro en el gobierno de Allende, había sido apresado por el régimen militar y Diego Arria un estrecho colaborador de Carlos Andrés Pérez, presidente de Venezuela, viajó hasta Santiago, para pedirle al general Pinochet que se los entregara. “Almirante: entréguele el señor Letelier a Don Diego”; fueron las palabras con las que se selló la salida del preso hacia Caracas. Allí mantendría residencia hasta que luego se mudara a la capital de EEUU, en donde una bomba adherida a su vehículo explotaría, matándolo junto con una asistente.
En los documentos entregados por Kerry destaca el nombre de Mike Kozak, quien era un funcionario de asuntos hemisféricos del Departamento de Estado durante la investigación del asesinato de Letelier. En un memorándum, Kozak hace saber que el principal objetivo en el caso Letelier, es llevar a los responsables del crimen ante la justicia y plantea seis opciones:
1) Que Estados Unidos presione por un juicio en Chile. 2) Que Estados Unidos pida la extradición de los responsables. 3) Solicitar a Chile que los expulsen a Estados Unidos o un tercer país. 4) Atraer a los señalados del asesinato fuera de Chile y extraditarlos desde un tercer país. 5) Capturar a los autores intelectuales con el consentimiento de Chile. 6) Arrestar a los culpables en suelo chileno sin autorización de Chile.
El 11 de septiembre la OEA, con el voto del gobierno de Chile, acordó la activación del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), para aplicarlo a Venezuela. La representación del presidente Piñera, en una primera oportunidad, se había unido a la propuesta de Costa Rica, de excluir expresamente la “acción militar” como una posibilidad al aplicar el tratado; la petición fue negada, y el TIAR será consultado en todas sus opciones.
El Presidente (E) Juan Guaidó ha dado fin a los diálogos de Oslo y Barbados señalando “quienes usurpan el poder han bloqueado la salida pacífica. Vamos darle continuidad a la activación del TIAR”.
La historia indica que Michael Kozak, ahora subsecretario de Estado de EEUU para el hemisferio Occidental, cuando tuvo que decidir cómo actuar en el caso de Letelier, no lo hizo pensando en una sola opción, tampoco excluyendo ninguna.
El cuerpo del ex ministro chileno Orlando Letelier, fue enterrado en 1976 en el cementerio del Este, de Caracas. “El cadáver –señalaba una nota de EFE- fue velado en el Ayuntamiento por el presidente venezolano, Carlos Andrés Pérez”.
Letelier había salido en libertad hacia Caracas, luego volvería para ser enterrado. El gobierno de Chile tiene ahora parte del destino de Venezuela en sus manos. “La historia es un incesante volver a empezar”
En los días anteriores y siguientes, se hablaba de una transición con el presidente Guaidó encargado “por el tiempo que fuera necesario” para regularizar la economía y reinstitucionalizar la patria, como paso previo a unas elecciones libres, conforme los estándares internacionales. El presidente que resultare electo de esa contienda, tendría la legitimidad necesaria para iniciar el camino hacia el país que todos queremos.
De pronto algo cambió: el Presidente que tenía como responsabilidad encargarse del gobierno de transacción, empezó a subir en las encuestas y los partidos, con muchos diputados en la Asamblea Nacional y con candidatos listos para competir, se fueron convenciendo que mejor era Guaidó como aspirante presidencial, y el periodo de transición se acortó.
Al convertir o convertirse el presidente en candidato, la oposición se picó nuevamente en variados pedazos. Guaidó ahora recorre el país en campaña, ya no es quien baja la bandera a cuadros en la carrera presidencial con Ramos Allup, Leopoldo López, María Corina Machado, Henrique Capriles, Henry Falcón y otros, como precandidatos. Ahora el presidente de todos se coloca en la competencia, representando a otros, y por algún motivo, ha aplazado decisiones relacionadas con la convocatoria a la comunidad hemisférica.
Maduro, por su parte, tranca todo acuerdo alegando, que no entiende como Guaidó puede ser presidente y candidato a la vez y él, que está en Miraflores, no puede ser ni uno ni lo otro.
Presidente “back to square one”, una expresión en inglés que significa: “volver al comienzo”. Al hacerlo puede concretar el cese de la usurpación, el gobierno de transición y elecciones libres. Presidente “asuma formalmente las competencias del Ejecutivo nacional como encargado de Venezuela” y convoque a las naciones libres del planeta a actuar junto con usted, o dígale a Maduro y sus aliados, que usted será Presidente y no candidato y, convoque a unos y otros para que compitan libremente, y diga a quienes le cambiaron el rumbo… que su trabajo “es democratizar la patria ”.
La historia escribirá su nombre con letras gruesas y en pocos años, el país lo elegirá como el primer presidente de la nueva democracia.
BJ/RC
NOTA.- Este editorial, lógicamente no responde a las opiniones de todos, pero el mismo fue repartido, previo a su publicación, entre lectores de distintas corrientes. Ninguno mostró desacuerdo.
Los venezolanos igual que muchos en todas partes, andamos buscando a quien culpar de lo que nos pasa. No es nuevo eso de echarle a otros, las causas de nuestras desgracias. El periodista Carlos Rangel en la década de los setenta, advertía del complejo latinoamericano ante los Estados Unidos. En su libro “Del buen salvaje al buen revolucionario”, anotaba que los graves padecimientos de nuestros pueblos, nada tenían que ver con los “muy malucos norteamericanos”, sino por el contrario eran el producto de nuestra forma irresponsable de asumir compromisos como sociedad.
Para el periodista venezolano, el «buen revolucionario», no es otra cosa que una combinación de populismo, proteccionismo, caudillismo y autoritarismo que busca justificarse como una “venganza”, por los supuestos males causados a nuestros pueblos, por las poderosas naciones de occidente.
En el libro “la culpa es de la vaca”, se muestra de forma más global la tentación que nos lleva a endosar a cualquier otro, así sea un animal que solo sabe rumiar en paz, lo desventurado de nuestro destino. El apuntar con el dedo a los responsables de nuestras propias decisiones, es una forma de escapar a la realidad y, lo que es peor, no hacer nada para cambiar el rumbo de nuestro camino de errores.
En Venezuela se insiste en culpar a un presidente democratacristiano, de la existencia del “chavismo”. Rafael Caldera en su primer mandato, pacificó el país al indultar a guerrilleros que promovidos por la Cuba de Fidel, se levantaron en armas en la década de los sesenta. Luego en su segundo gobierno, se encontró con las cárceles llenas, ya no de “buenos revolucionarios”, sino por el contrario de soldados que junto con Chávez, se alzaron contra una democracia que, para una mayoría, había dejado de ser buena. Liberó a “el comandante” y al resto de sus compañeros
Caldera, como la vaca, resulta para algunos el culpable de lo que nos pasa. En un grupo de periodistas se divulgó la siguiente fábula: Un caballo estaba amarrado y vino un demonio y lo soltó. El caballo se metió a la finca de unos campesinos y comenzó a comerse la siembra. El dueño de la finca tomó su rifle y mató al caballo. Entonces el dueño del caballo, tomó su rifle y mató al dueño da la finca. La mujer del dueño de la finca, mató al dueño del caballo. Entonces el hijo del dueño del caballo mató a la mujer. Los vecinos enardecidos mataron al muchacho y quemaron su casa. Entonces le preguntaron al demonio:—¿por qué hiciste a todos eso? El demonio respondió:—Yo sólo solté el caballo.
Caldera solo soltó a Chávez, el resto es culpa de nosotros y de muchos otros en Latinoamérica.
Hemos advertido del riesgo de vender la transición chilena como fórmula para Venezuela. Usar como referencia el debate de demócratas chilenos con un gobierno militar, no solo es un error, lo que es peor, puede estar trayendo malas consecuencias a la actual negociación en la tierra caribeña.
Pinochet fue obligado, por su propia Constitución, a llamar a un plebiscito a los ocho años de haberse promulgado la norma marco. El jefe militar apostaba que ganaría el proceso eleccionario, montado en una ola de éxitos económicos. La propuesta de los entonces “chicago boys” habían puesto a Chile en una ruta que la democracia ha mejorado, dándole contenido social, pero nunca desmontado. La dictadura echó las bases de uno de los más exitosos planes económicos en Latinoamérica. El gobierno perdió el proceso eleccionario al que concurrió el 97.53% del electorado, pero con un 44% de los votos de su lado y con unos resaltantes índices económicos, se sentó a negociar – con un importante bloque de partidos de la oposición – algunas reformas a la Carta Magna redactada por sus fuerzas militares y “aprobadas” en 1980 en un proceso que muchos repudiaron por falta de legitimidad.
Ambas partes hicieron lo que pudieron por salir con el mejor acuerdo posible y meses después la democracia volvía, pero con Pinochet como jefe eterno del ejército, un porcentaje de los ingresos derivados de la exportación del cobre adjudicado directamente a la institución militar y otras normas denominadas “anclajes autoritarios”, que por años permitieron que la sombra del militarismo oscureciera la blanca democracia.
El régimen venezolano, en donde militares han ocupado una infinidad de cargos, no tiene éxito económico alguno que mostrar. Por el contrario: es un desastre sin precedentes en la historia universal con 4 millones de venezolanos desplazados. Sus habitantes, víctimas de la violación de derechos humanos, civiles, sociales entre otros, tal y como lo señala el Informe Bachelet, tienen al gobierno con un 87% de desaprobación, según todo tipo de encuestas, por lo que competir en unas elecciones limpias, no es una opción, tal y como quedó demostrado cuando en el año 2016 la Constitución ordenaba celebrar un referendo revocatorio presidencial y el órgano electoral impidió su realización.
En esta Venezuela, la oposición no cuestiona la actual Constitución (1999), los que la gobiernan no tienen éxitos económicos que mostrar, tampoco han cumplido con procesos electorales conforme a ley ni a estándares internacionales, no cuenta con apoyo popular y al igual que el otrora Chile ha violado derechos fundamentales de nuestros ciudadanos. ¿Qué es lo que hay que negociar? Una “retirada ordenada” al estilo de la dictadura Argentina, país que después del fracaso de la guerra de Las Malvinas, quedó devastado por todos los costados.
En la década de los setenta, un helicóptero sobrevuela una lujosa urbanización en la capital de Venezuela. El ruido alerta a los vecinos. Sus inmensas aspas levantan el olor silvestre de calles adornadas de frondosos árboles. Incrustada dentro de una hermosa montaña, la paz del lugar se ve temporalmente quebrantada por el aleteo del ave mecánica que se posa sobre un vasto jardín. La amante sale al encuentro del entonces presidente Carlos Andrés Pérez. Contratistas, mercaderes, corruptos y un grupo de mujeres de repuesto, observan con felicidad la escena del infiel amor.
Cuando Pérez muere, la amante y su esposa se pelean el cadáver por meses. No sabiendo que hacer con sus restos lo meten en un congelador en Miami, donde convivía con su querida. Al final se impone el deseo de la única con acta matrimonial y lo terminan enterrando en Caracas.
En los ochenta, un avión privado tajaba el hermoso cielo azul del aeropuerto de la ciudad de La Guaira a pocos kilómetros del bello valle de Caracas. Desde unos cuantos pies de altura, el viajero observa el ancho mar Caribe. Sus ojos tristes no logran animarse con el espectáculo natural. La fuente oficial informa que el presidente Jaime Lusinchi, será internado en un hospital de la ciudad de Boston para atender con urgencia un malestar de espalda. La verdad es otra, el corazón de Lusinchi ha sido cruzado por una traición. Su barragana, con venganza calculada, lo ha abandonado para casarse con otro. El hombre se niega a vivir sin su amante. Para volver, ella impone como condición, que ambos tienen que divorciarse. El gobernante postrado en una cama accede a la petición y firma papeles de una demanda contra su esposa de más de treinta años. En el libelo reclama a la primera dama: “no lavarle la ropa, ni hacerle la comida”. La esposa da la pelea y la amante aprieta. La querida es reinstalada en el palacio presidencial; y todo visitante tiene que pasar primero por su oficina. Desde el papa Juan Pablo II, hasta el más corrupto de los empresarios están obligados a cruzar la misma alcabala.
Lusinchi muere en la casa de una hija, abandonado por la querida. La mujer hasta el día de hoy pavonea su fortuna viajando a Miami, Costa Rica y el resto del mundo.
En el festín de los petrodólares, el “queridato” marcó la caída de la democracia venezolana. Las amantes se hicieron de negociados y poder político por encima de instituciones y personalidades que alertaban sobre el sonido de las arcadas que anunciaban la llegada de un inmenso vomito social.
El desorden moral puso a crujir el sistema de tal forma, que un grupo de vengadores con uniforme militar encontró el descontento necesario para terminar empujando todo al vacio y reinar desde la nada, usando el terror como lo hace la mafia, los gánsteres o los pranes en las cárceles venezolanas.
PRAN; acrónimo para “Preso, Reconocido A nivel Nacional”, se ha convertido en la representación de un país sin estado de derecho, donde la arbitrariedad, el capricho y la corrupción impuesta a la fuerza, ha permeado desde las cárceles hasta el sistema de gobierno.
El PRAN, líder negativo de centros penitenciarios en Venezuela, en algunos casos, somete con crueldad y la violencia de una bestia su población carcelaria e impone sus propias reglas; para muchos esas son las mismas armas con las que se sustenta el anti-sistema de la actual Venezuela, una especie de PRANATO gobernando a una nación entera.
El drama que vive la patria de Bolívar, tiene al “queridato” como primer acto, y el “pranato” como la continuación de una tragedia que marcó el fin de una desmigajada democracia. Amantes corruptas y delincuentes, han castigado a Venezuela igual que a Tántalo, el personaje mitológico condenado a padecer hambre y sed eternamente, ya no en la parte más profunda del Inframundo, sino también en una nación llena de riquezas.
En las primeras páginas de cualquier manual de todo dictador, aparece la tortura y el genocidio como un mecanismo para aniquilar a sus opositores e imponerse por medio del terror a la sociedad.
Franco el opresor español, tuvo el primer contacto con esta estrategia cuando se encargó de la guerra de España en Marruecos. Los soldados bajo sus órdenes cortaron narices, orejas y cabezas a sus contrincantes. Más tarde en su avance desde las Islas Canarias (donde nació mi abuelo materno) nuevamente a África y desde allí al sur de España para controlar todo el país, usó el mismo horrendo libreto en una despiadada guerra contra su propia gente. El pánico se impuso y el dictador sometió a su país por décadas. No debe sorprender que contara con Hitler y Mussolini como aliados para su empresa.
Igual procedimiento usó Fidel Castro en Cuba (lugar donde nació mi abuela materna), quien instaló al Che Guevara en una fortaleza denominada “San Carlos de la Cabaña”, en donde fusilaban a todos los que hacían contrapeso a la revolución cubana. “Fusilamientos, sí, hemos fusilado, fusilamos y seguiremos fusilando mientras sea necesario” confesó el argentino cuando habló ante la Organización de la Naciones Unidas (ONU) en respuesta a alegaciones del delegado de Venezuela para 1964.
Los asesinatos y torturas de Franco en nombre de la derecha española y de Castro en nombre de la izquierda cubana, fueron, son y serán atroces. Tanto en la tierra de mi abuelo Cruz Alonso (España), como en la de mi abuela Julia Méndez (Cuba), millones de hombres, mujeres y niños fueron sometidos al terror por disentir del gobernante de turno. A unos los mataron y torturaron con la mano derecha, a otros con la izquierda, en ambos casos se mutilaron los derechos humanos.
Michelle Bachelet, en su condición de Alta Comisionada para los DDHH de la ONU, fue objeto de todo tipo de injurias y señalamientos durante los meses previos a la presentación de su informe sobre Venezuela. Muchos consideraban que la importante funcionaria del más relevante organismo mundial, cedería ante la tentación de taparse el ojo izquierdo para no ver lo que las manos del mismo lado han estado haciendo en la tierra de Andrés Bello. Pero se equivocaron. Y tanto la expresidenta como la ONU, dieron un contundente respaldo a la jurisdicción universal encargada de exigir respeto a la dignidad de todos los seres humanos, sin importar que bando golpee y cual grupo se golpea.
En Chile y Venezuela, al igual que el resto del mundo, la sociedad sigue absurdamente dividida, conforme a como se sentaban en la Asamblea en la época de la revolución francesa. A la derecha, los que estaban con la monarquía, a la izquierda, los que estaban con la Republica. Esa simplona división todavía se mantiene como infame justificación de atrocidades de un lado y del otro. Llegado el momento, la guillotina aniquiló a unos cuantos de ambos bandos y la sangre bañó los zapatos de todos los que estaban sentados, sin importar su ubicación.
No debe sorprender que a la muerte de Franco, el gobierno de Cuba decretara tres días de luto, aunque se encargó de que aquello pasara inadvertido para la prensa, pero el corresponsal de la agencia EFE no estaba para guardar secretos y lo hizo noticia mundial.
Las etiquetas solo sirven a los productos, los seres humanos no somos objetos, por el contrario somos sujetos, sin otra categoría que la de ciudadanos del mundo, y todo aquel que violente lo que nos corresponde como derecho natural, debe ser condenado sin importar de qué lado se sienta el verdugo ni de que lado sientan a la víctima.
La amnistía es la eliminación de la responsabilidad penal de un delito. Es importante distinguir entre la amnistía y el indulto. El indulto perdona el cumplimiento de la pena. La amnistía, en cambio, se aplica sobre el propio delito. Esto significa que la amnistía logra la extinción de la responsabilidad civil o penal y borra los antecedentes.
En el año 2001, la Corte Interamericana de Derechos Humanos se pronunció con relación a las leyes de amnistía identificada con los números 26479 y26492, promulgadas por la República del Perú, mediante las cuales se concedió en el artículo 1: «… Amnistía general al personal militar, policial o civil, cualquiera que fuere su situación militar, policial o funcional correspondiente, que se encuentre denunciado, investigado, encausado, procesado o condenado por delitos comunes y militares en los fueros común o privativo militar, respectivamente, por todos los hechos derivados u originados con ocasión o como consecuencia de la lucha contra el terrorismo que pudieran haber sido cometidos en forma individual o en grupo desde mayo de 1980 hasta la fecha de la promulgación de la presente Ley»
En la Ley de Amnistía propuesta por Daniel Ortega, no aparece un artículo que expresamente incluya a personal militar o civil en su texto para perdonarlos, tal y como expresamente lo hacía la peruana.
Por el contrario en el instrumento jurídico se puede leer : «Concédase amplia amnistía a todas las personas que han participado en los sucesos acaecidos en todo el territorio nacional a partir del 18 de abril de 2018 hasta la fecha de entrada en vigencia de la presente Ley»,
Según el texto, que a continuación reproducimos, la amnistía abarca incluso “a quienes aún son investigados o cumplen sentencias, por lo que las autoridades deberán cerrar los procesos administrativos y penales iniciados, los reos serán liberados y se cancelarán los antecedentes penales de las personas beneficiadas”.
A continuación el texto completo para el análisis del lector y luego sigue nuestro análisis:
Pero el texto ha sido criticado, porque se interpreta que busca la impunidad de los funcionarios que produjeron centenas de muertos durante las protestas iniciada en abril de 2018. En efecto algunas ONG han señalado: «Este Ley de Amnistía constituye un obstáculo para un verdadero proceso de justicia transicional en Nicaragua, a la investigación de los crímenes de lesa humanidad cometidos en este contexto y generaría impunidad».
Es cierto que la ley no incluye ni excluya a nadie en particular, pero quienes critican el texto legal, parecen pasar por alto el artículo 2° que señala: “La presente Ley de Amnistía cubre todos los delitos políticos y delitos comunes conexos, que son tipificados por el ordenamiento jurídico penal vigente en Nicaragua, SE EXCEPTUAN AQUELLOS REGULADOS EN TRATADOS INTERNACIONALES QUE NICARAGUA ES ESTADO PARTE“. (Destacado nuestro)
En este artículo segundo, se establece un tipo de excepción que bien pudiera ser para crímenes de lesa humanidad o violación de derechos humanos, entre otros, tomando en cuenta que estos por ser universales, son parte importante en todos los tratados internacionales.
Para quienes critican la ahora ley, creemos que pasan por alto, que lo primero es primero. Y en este caso lo urgente es eximir de toda responsabilidad penal a los presos políticos privados de libertad en las cárceles de Nicaragua, ya luego, con base a la excepción abierta, habrá tiempo de hacer responsables a los auténticos culpables.
Prior in tempore, potior in iure es una expresión latina, que puede traducirse como “Primero en el tiempo, mejor en el Derecho”, que hace referencia a un principio de Derecho, en virtud del cual, en el caso de existir controversia entre partes que alegan iguales derechos sobre una cosa, la que primero actúa tiene mejor derecho.
En este caso, podríamos decir vamos primero a darles el derecho a la libertad a los inocentes, luego nos ocupamos de los verdaderos criminales.
PRAN, es un lider negativo (delincuente normalmente salvaje y sanguinario) que mantiene el control, ya sea de una cárcel o parte de ella, junto con su grupo usando métodos violentos y degradantes.
Las cárceles venezolanas se dividen en dos tipos, las de régimen abierto y las del sistema cerrado. En las primeras, el PRAN es la máxima autoridad . En las del sistema cerrado, el Estado se hace del control de los privados de libertad. En este grupo, funcionarios del ministerio de prisiones se encargan de la actividad diaria. Un director, subdirector, jefe de custodios, custodios, personal administrativo entre otros, son responsable del orden dentro de estos centros penitenciarios.
El gobierno del penal en el sistema abierto es ejercido conforme a las reglas impuestas por el PRANATO. La “rutina” es el conjunto de normas impuestas por el PRAN. Dichas normas son de estricto acatamiento por la comunidad carcelaria. El incumplimiento normativo puede conllevar la muerte del preso desobediente o contumaz. Este “manual de convivencia” está compuesto de reglas sencillas como no agacharse para recoger el jabón que se ha caído al suelo mientras se bañan en grupo y/o no comer más rapido que el resto cuando la comida se sirve sobre una bolsa plástica de basura, para ser consumido en partes iguales. Pero tambien contiene normas de más rigor conductual, como el estar de pie para cuando se pase el número (conteo de presos al empezar y terminar el día) o respetar la asignación de tareas criminales tales y como la distribución de un tipo de drogas dentro o fuera del penal. La falta en el segundo grupo de obligaciones, normalmente es condenada con disparos en la pantorrilla o en la cabeza, y el cadáver picado en pedazos y aun en algunos casos, lanzados como picadillo a un cerdo hambriento.
Michael Stone es un doctor especializado en psiquiatría forense de la Universidad de Columbia y creador de la denominada “escala de la maldad”. Para Stone en el nivel más leve se encuentran los que mataron exclusivamente en legítima defensa, y no muestran ningún tipo de tendencia psicopática. Por el contrario, en el más alto (nivel 22) está reservado para torturadores extremos y asesinos psicóticos, para los cuales la tortura es la principal motivación. En el grupo 18 de Stone se colocan los : homicidas que suelen torturar previamente a sus víctimas, aunque su principal motivación es el asesinato.
PRAN parece identificar cada una de las siglas de dicha palabra, es un acróstico : P de preso, R de rematado, A de asesino y N de nato. Pran, es entonces aquel que se encuentra en un penal recluido y es considerado “un asesino nato”, es decir, nació siendo un asesino, lo que quiere decir que no tiene escrúpulos, sentimiento, ni moral.
Conforme a la escala del Dr Stone los PRANES según nuestro análisis, están entre el grupo 10 y 22 de maldad. A continuación, los que consideramos son los que más se asemejan a estos líderes negativos:
Nivel 10: asesinos que mataron a gente que se interponía en su camino o testigos que pudieran delatarle. Tienen personalidad egocéntrica pero no psicopática claramente distinguible.
Nivel 12: psicópatas ansiosos de poder que asesinaron cuando se sintieron acorralados.
Nivel 15: psicópatas multihomicidas que en un día de estallido de furia (spree killing) matan a tantas personas se crucen por delante suyo a sangre fría.
Nivel 16: psicópatas que cometen varios o múltiples actos criminales, no se conforman con asesinar una vez y pueden incluir actos viciosos.
Nivel 18: homicidas que suelen torturar previamente a sus víctimas, aunque su principal motivación es el asesinato.
Nivel 20: torturadores y asesinos psicóticos en quienes la tortura es la principal motivación
Nivel 22: torturadores extremos y asesinos psicopáticos, los cuales la tortura es la principal motivación. Sus crímenes involucran tortura sexual prolongada, seguida por el asesinato de sus víctimas.
El PRAN o líder negativo de una cárcel o prisión, además tiene un número indeterminado de personas (denominado EL CARRO) dentro del recinto penitenciario que se encargan de su seguridad personal, portando las mejores y más sofisticadas armas , que permiten mantener el control sobre los otros reos que están peores armados o en condiciones de desventaja, de allí que estos personajes encargados de la seguridad de dicho líder negativo se les denomina LUCERO, ya que además de hacer varios turnos de guardias para no desamparar la seguridad del PRAN y hacer frente a cualquier ataque sorpresa por parte de los enemigos, también ejecutan las órdenes de éste al momento de decidir a quién deben ejecutar o simplemente castigar a quien incumplió con las normas establecidas por el líder negativo.
El PRAN controla las finanzas del penal, encargándose de la recaudación denominada “CAUSA”, por concepto de tener”hospedado” mantener vivo a un preso, por privilegios, por las visitas, por la buena comida así como por el ingreso de las armas al recinto penitenciario, para luego éste distribuir con sus socios las ganancias, luego de realizar los respectivos pagos a los funcionarios gubernamentales lo cual le permite seguir manteniendo el control del recinto penal, convirtiéndose así en una especie de autoridad ad hoc dentro de éste, y siendo únicamente revocado a través de la muerte en algún enfrentamiento con otra banda delictiva que quiera hacerse líder dentro de la cárcel y para lo cual deberá enfrentarse a un gran arsenal y poderío que ostenta el PRAN y sus aliados.
El PRANATO es pues el sistema de “gobierno” impuesto por los PRANES. Y los PRANES son psicópatas, es decir antisociales sin remordimientos por sus peores acciones, pero tambien ansiosos de poder, tal y como corresponde a la escala 12 de maldad de Stone
El PRANATO ha salido de las cárceles y ahora es tambien una forma de gobierno extramuros.-