BRAULIO JATAR ALONSO
La Orden de los Cartujos es una orden contemplativa de la Iglesia católica, fundada por San Bruno en el año 1084. Su lema, en latím, es Stat Crux dum volvitur orbis (La Cruz firme, mientras el mundo da vuelta). Las órdenes contemplativas, incluyendo a los cartujos, son la espiritualidad con menor número de miembros.

El 16 de julio de 1908 llegó José Gregorio finalmente a la Cartuja de Farneta. Los preliminares de su ingreso consistieron en un nuevo examen de su vocación que habría de durar varios días. En estos días se instruía al aspirante a novicio sobre los pormenores de su vida futura y de todos los detalles de la orden en la que iba a ingresar, al mismo tiempo que se comprobaba si su vocación era puramente religiosa o si simplemente se trataba de reacción pasajera ante circunstancias adversas de la vida de este mundo.
Una vez probada su vocación, Fray Etienne le lavó los pies, ceremonia previa a ser recibido en la celda por el Prior de la orden. Este lavatorio de pies simboliza que el novicio debe dejar tras de sí al entrar en clausura ‘el polvo del siglo’ y consagrar su vida a la oración y la devoción.

El período de postulado habría de durar un més. Durante ese més el futuro novicio vistió un manto negro sobre sus ropas civiles al acompañar a los cartujos en todas sus actividades monacales. En esos días el maestro de novicios, Fray Etienne, se encargaba de instruirlo en las labores que una vez aceptado en al orden, habría de ser su actividad diaria.
Al cabo de este mes de postulado, probada una vez más la voluntad y la vocación de José Gregorio, el Prior lo propuso ante los frailes de la comunidad para la toma del hábito.
En la sala del capitulo de la cartuja, José Gregorio arrodillado a los pies del Prior, y con las manos de este entre las suyas, respondió a las preguntas que éste le formulaba en latín.
Unas ves concluido el interrogatorio los frailes debían votar con respecto a la aceptación de José Gregorio como cartujo, mientras el futuro novicio se retiraba a la capilla en espera del resultado. La votación se haría privada y en secreto. Cada fraile debía colocar un grano negro o uno blanco en una urna según fuera su opinión con respecto al ingreso del nuevo novicio en la orden.
Al contarse los granos se comprobó una mayoría de granos blancos, y José Gregorio fue conducido nuevamente a la sala del capítulo, donde hubo de escuchar una nueva alocución del Padre Prior. José Gregorio, de rodillas repitió su solicitud de ingreso en la orden, a lo que el Padre Prior respondió:
“En el nombre de Dios y de la Orden, en mi nombre y el de mis Hermanos, yo os admito entre nosotros; y os prevengo de que hasta vuestra profesión vos sois libre de retiraos, pero nosotros también, de nuestra parte, podemos despediros si vuestra conducta nos desagrada” Inmediatamente después le dio el “beso de paz”, y seguidamente José Gregorio fue a arrodillarse ante los pies de cada uno de sus nuevos hermanos en la orden, quienes a su vez, solemnemente conmovidos, también lo besaron y lo abrasaron.
A partir de ese momento ya José Gregorio nunca más podría vestir las ropas seglares, sino que bajo el manto negro, habría de llevar ahora el cilicio de piel de cabra que impone la orden y la túnica blanca de los novicios.Además su cabello fue cortado al ras y le afeitaron el bigote que había conservado hasta el momento. Su nombre pasa a ser entonces el de “Hermano Marcelo”, y se le adjudicó una celda en el convento que ostentaba en la puerta en una tablilla la letra U y una sentencia en latín tomada de la Biblia “Vir obediens loquetur victoriam” (Los obedientes hablan victoria)
Era el 29 de agosto de 1908. Con el nombre de Fray Marcelo nacía José Gregorio a una nueva vida de duras privaciones, pues las reglas de la orden obligan al novicio a familiarizarse desde el principio con todos los rigores de la vida cartujana.
Los días en la cartuja se dividían en 7 horas de sueño, 15 de estudio y ejercicios espirituales, y 2 horas de trabajo físico. Las celdas cartujanas están compuestas de dos compartimientos, uno destinado a dormitorio y el otro destinado al estudio; cuentan también con un pequeño patio, donde a solas realizan los trabajos que consisten fundamentalmente en cortar leña con hacha. De éstos aposentos no pueden salir los monjes sino cuando el Prior o el Maestro de Novicios se lo pide. La comunicación está prohibida en todo momento pues hasta en los oficios religiosos deben permanecer con la vista baja. Si precisan de algo, tienen que escribirlo en un papel y colocarlo en el torno de la celda en el cual se les colocan los escasos alimentos.
Como se ve es un régimen de total aislamiento no solo del contacto humano sino de todos los posibles placeres del cuerpo como pueden ser el comer y el beber. Las mortificaciones son constantes pues el cilicio* molesta en su contacto directo con la piel, y cuando hace frío, aunque las ropas son de lana, resulta muy incomodo, pues no les es permitido encender fuego para calentares, ni siquiera cuando la temperatura llega hasta varios grados bajo cero en la escala centígrada.
*El vestirse de cilicio y ceniza indicaba un profundo arrepentimiento y una voluntad de cambio y transformación interior a una vida sencilla, humilde y lejos de las vanidades de este mundo, más centrada en Dios y en su voluntad que en las cosas de abajo, de la tierra, de lo cotidiano y rutinario.
Además su cabello fue cortado al ras y le afeitaron el bigote que había conservado hasta el momento. Su nombre pasa a ser entonces el de “Hermano Marcelo”
Todo parecía indicar que Fray Marcelo tomaría finalmente el hábito y seguiría sin tropiezos el camino que se había trazado; sin embargo, el señor tenía deparado un destino diferente al fervoroso cartujo, pues la salud de José Gregorio se vio quebrantada ante las duras reglas de la orden. El padre superior D. Rene, considero prudente el que Fray Marcelo volviera a ser el Dr., José Gregorio Hernández y que regresara por unos años a Venezuela hasta que su salud se viera totalmente restablecida.
Por esa razón, y contra su voluntad, José Gregorio se vio precisado a dejar los hábitos y a abandonar la Cartuja de Farneta nueve meses después de haber ingresado en ella
La masacre de Farneta (1944 )
En septiembre de 1944, los monjes de la cartuja abrieron sus puertas a las tropas de la Décimosexta División Panzergrenadier de las SS, que dijeron que venían con presentes para la abadía. Irrumpieron en el monasterio para arrestar a 32 partisanos y judíos refugiados allí. Algunos de los refugiados pudieron escapar. Seis monjes y seis hermanos laicos fueron arrestados, torturados y asesinados por un pelotón de fusilamiento.
SER CARTUJO
Hace unos años la película “El gran silencio”, causó un enorme impacto en el gran público. Desveló un poco la vida de los cartujos; sólo un poco, porque el mutismo de la película dejó a los espectadores con muchas preguntas en el aire. ¿Quiénes son estos monjes vestidos de toscos hábitos blancos? ¿Qué sentido tiene su vida retirada y silenciosa, tan distinta a la vida de los sacerdotes y religiosos dedicados a la pastoral, la enseñanza, las misiones, dentro del mundo?
Los cartujos defienden con firmeza su silencio y retiro del mundo para poder vivir su carisma propio y específico, por eso huyen de la publicidad y raramente conceden entrevistas a los medios de comunicación. No es de extrañar, por tanto, que sean poco conocidos.
A pesar de todo, la vida solitaria de los cartujos ha atraído siempre a hombres hambrientos de infinito, que deseaban vivir ocultos a los ojos del mundo, consagrando su existencia totalmente a Dios en el silencio y soledad de una ermita. Santos como Ignacio de Loyola, Juan de la Cruz y otros más, sintieron el deseo de ingresar en una cartuja. Y la Cartuja sigue despertando interés en no pocos creyentes que se sienten atraídos por una vida de fe sencilla, centrada en lo esencial, en lo sustantivo.
Aquí las preguntas que hace ya algunos años el P. Rosendo Roig, jesuita, planteó a los cartujos de Miraflores (Burgos, España).
La vocación
– Cuando un joven aspira a ingresar en La Cartuja…
– ¿A quién se dirige?
– Normalmente el P. Prior.
– ¿Quién le contesta?
– El P. Maestro de novicios le manda una carta e incluye los impresos que dan una idea general de las observancias y exigencias de la vocación de cartujo. Hoy, la mayor parte de los aspirantes se dirigen a nosotros por e-mail.
– ¿Y qué ocurre?…
– Si contesta y persiste en su propósito, después de recibir informes favorables de algún sacerdote que le conozca, se le invita a pasar unos días de convivencia en La Cartuja.
– ¿Y qué vida lleva?…
– Para que la convivencia sea más provechosa el aspirante ocupa una celda del claustro y sigue los horarios de la Comunidad.
– ¿Resulta esclarecedora la convivencia?
– Al cabo de varios días el aspirante se ha formado una idea bastante aproximada de la vida que desea abrazar.
– ¿Quién se ocupa del aspirante durante esos días?
– El P. Maestro de novicios le visita con frecuencia, el aspirante trata con él amistosamente la vocación y todo lo relacionado con ella.
– ¿Cuál es la finalidad precisa de este diálogo?
Ahondar en la espiritualidad cartujana para ayudar al aspirante a discernir su vocación.
– ¿Qué motivos no son válidos para ser cartujo?
– Los desengaños de la vida…, el deseo de una existencia tranquila, sin problemas…, en general cualquier móvil egoísta. De hecho el único motivo válido es la búsqueda de valores perennes, la búsqueda de Dios, más o menos clara, o al menos presentida. Procuramos analizar la vocación con suma discreción y paciencia.
(Si la quieres ver en imagen original, dar clic AQUÍ )
Fuentes
http://www.jghernandez.com/
www.cartuja.org
acym-elbuenpastor.blogspot
Escuela Tántrica Sivaíta










Para detener arbitrariamente al diputado Juan Requesens, en la planta baja de su edificio, o para perseguir al también diputado Freddy Guevara, uno preso en el SEBIN y el otro con dos años asilado en la residencia del embajador de Chile en Caracas, se siguió procedimiento alguno, simplemente se ordenó la captura y están privados de libertad. Nada importó la inmunidad parlamentaria de ambos, el que se violara el procedimiento legal establecido en la Constitución ni el código orgánico procesal.
Los gobiernos ineficientes y corruptos, se sostienen de la mano de la violencia y el terror que impone a sus ciudadanos. En otros tiempos un dirigente político de Acción Democrática (AD) advertía a Aristóbulo Istúriz, recién llegado en 1992 como alcalde de Caracas, que ahora entendería que es más fácil pedir que dar agua.
El senador chileno Francisco Chahúan entabló un diálogo a distancia con Braulio Jatar, uno de los más emblemáticos presos políticos de Venezuela. El libro con prólogo de Luis Almagro, secretario general de la OEA, comentarios del Juán Guaidó, presidente (e) de Venezuela, Roberto Ampuero, canciller de Chile, Maria Corina Machado, una de las mas destacadas personalidades políticas de Latinoamérica, José Miguel Vivanco, director de la organización Human Right Watch, Antonio Ledezma, alcalde del área metropolitana de la Gran Caracas, Carlos Alberto Montaner, la mas acreditada pluma de cuba en el exilio, entre otras importantes personalidades, hace de la publicación un homenaje a la lucha por la libertad y la democracia en Venezuela, pero también hurga en las deficiencias que hicieron posible el nacimiento de un régimen con uno de los peores records en la historia universal. Jatar cuenta de la lucha de su familia como emigrantes y perseguidos políticos, venidos desde distintos países y circunstancias , y narra como ha enfrentado a un sistema que habiendo sido ejemplo para Latinoamérica en sus últimos cuarenta y tantos años se fue descomponiendo hasta convertirse en polvo democrático.
Con herramientas como la fe, no sólo la religiosa, pero también con ciencias exactas como la física cuántica -entre otras-, levantamos al lector la cortina del más grande de todos los enigmas. Aun los no creyentes, una vez que terminen de leer estas líneas, podrán, con la información que suministramos, hacer sus propios milagros.Una noche en su celda solitaria, tal y como descubrió la beata Faustina, una luminosa idea o revelación –al decir de los más creyentes- vino a la mente del autor de Dios interno; Dios externo; pero a diferencia de sor Kowalska, no fue Jesús quien le hablaba, sino su propia voz que parecía darle luces sobre uno de los más grandes enigmas de su vida: ¿por qué a algunos les llega el milagro y a otros se les niega? En ese mismo instante, no siendo un hombre religioso, se le reveló que el origen creador de todo lo existente; el principio antes del comienzo; la fuerza que inunda de presencia al espacio; eso que muchos llaman Dios, no es un ser inmenso lejano y aislado, instalado en lo más arriba del ancho y ajeno Universo. Y, en medio del más absoluto aislamiento, el autor se levantó de su colchón miserable y empezó a escribir -página tras página- lo que para él es la explicación religiosa y científica de la existencia de “dos dioses”: uno interno y el otro externo. Unidas sus poderosas fuerzas y energías producen el más precioso de los prodigios: ¡Hágase el milagro! Su milagro.
Es el primer libro de Inteligencia emocional escrito en situaciones extremas. El autor es abogado, comunicador social y profesor de derecho e inteligencia emocional, es un preso político en Venezuela de acuerdo a calificación de la ONU, OEA, HRW y otras ONG. En su celda de aislamiento redactó el manuscrito y en el ambiente carcelario y de privación de libertad, ha puesto a prueba sus enseñanzas. Ha terminado cinco libros. Lecciones de IE en situaciones extremas son dos libros en uno; puede ser usado como guía para un curso de un año sobre la inteligencia emocional (IE); y también es un excepcional manual de auto ayuda. Los que buscan mejorar su desempeño personal, familiar o profesional con esta nueva ciencia, lo lograrán con nuestro refuerzo. La IE ocupa importante lugar en la evaluación que hacen las empresas de toda escala a nivel mundial para la contratación de su personal. Las cada vez más complicadas relaciones humanas nos obligan a crear novedosas fórmulas y ecuaciones para enfrentar los retos de la doble realidad –física y virtual-, donde la verdad está encubierta o vigilada y vivir cada día; es un reto. En la Cátedra de IE explicamos -de forma elemental- poderosos conceptos transformadores que parecen complicados. Satisfacer el deseo de entender lo que es indispensable para producir el doble resultado de aprender y enseñar es el propósito en estas páginas. La fórmula P+E+P es una creación genial, que surgió de la relación con nuestros alumnos, y en ella se resume nuestro divino poder transformador -como seres humanos- de la invencible acción simultánea del pensamiento, las palabras y las emociones. El Universo es un todo, el ser humano, también. Usadas como herramientas articuladas, la fuerza y la energía resultante de aplicar esta ecuación triunfadora perfeccionan para siempre nuestra existencia. Comprobada en situaciones extremas -a vida o muerte-, y también –más relajados- con jóvenes estudiantes, la ecuación P+E+P produce resultados irrebatibles, asombrosos. Y están a su alcance. Hay libros que hacen lucir al escritor; y otros resplandecer al lector; este es de los segundos. Usamos definiciones, conceptos y referencias con sencillas explicaciones. Quien lo lea -y ponga en acción- brillará con luz propia; y encenderá asombrado su propia estrella. ¡Construya su luminoso Universo!