Los DDHH no pueden concebirse como un obstáculo a la seguridad pública en las democracias.

Los DDHH no pueden concebirse como un obstáculo a la seguridad pública en las democracias.

Los DDHH no pueden concebirse como un obstáculo a la seguridad pública en las democracias

Los DDHH no pueden concebirse como un obstáculo a la seguridad pública en las democracias.

Por: Braulio Jatar

El concepto de “Seguridad” proviene del latín «securitas» que, a su vez, se deriva del adjetivo securus, el cual está compuesto por se (sin) y cura (cuidado o preocupación), lo que significa sin temor, despreocupado o sin temor a preocuparse.

Introducción

En el núcleo de la ética, la ley y la política yace un debate complejo y persistente: el conflicto entre los derechos humanos colectivos e individuales. Este debate trasciende lo teórico y se arraiga profundamente en la sociedad, afectando desde la funcionalidad de la fuerza pública hasta el disfrute de libertades fundamentales por los ciudadanos. La dicotomía entre estos derechos, si no se gestiona adecuadamente, puede generar asimetrías que resulten en la parálisis de la fuerza pública o en abusos que minan los cimientos de nuestra convivencia.

 Definición y Ejemplos

Los derechos humanos individuales abarcan las libertades fundamentales inherentes a cada individuo, tales como la libertad de expresión, el derecho a la vida y la libertad de religión. En contraposición, los derechos humanos colectivos atienden a las prerrogativas de grupos o comunidades, concentrándose en la protección de minorías, el derecho al desarrollo y la preservación de un ambiente saludable. A esta categorización es imperativo añadir el derecho esencial de proveer seguridad ciudadana a todos, consolidando así el espectro de protecciones esenciales para el bienestar colectivo e individual.

Contexto de Inseguridad y Percepción Pública

La inseguridad transforma nuestra cotidianidad, restringiendo el pleno disfrute de derechos esenciales. Lo que comienza como una esperanza de protección se traduce en una exigencia por acciones concretas contra el crimen. La solución a esta exigencia debe hallarse en un equilibrio delicado: por un lado, el derecho colectivo a una vida libre de violencia; por el otro, la salvaguarda de los derechos individuales cuando se ataca con la fuerza del Estado al delito. Este justo medio es esencial para responder adecuadamente a las preocupaciones de seguridad pública.

El Peligro de las Asimetrías

La percepción de los derechos humanos como obstáculos para la seguridad nutre un ambiente propenso a su menosprecio. Esta interpretación sugiere que los derechos humanos actúan como un escudo para los infractores, sacrificando la seguridad colectiva. Frente a este escenario, activistas y defensores de los derechos humanos debemos esforzarnos por prevenir el falso axioma según el cual, la defensa de unos pocos prevalece sobre el bienestar general. La misión es clara: evitar que la valoración errónea de los derechos humanos comprometa la armonía y seguridad de la sociedad

La reciente reelección de Nayib Bukele en El Salvador, con un respaldo superior al 80% de los votos, así como su notable popularidad en otras naciones, como Chile —donde una encuesta realizada por CADEM refleja una aprobación que supera el 73%—, destaca el impacto significativo que la preocupación por la seguridad tiene en cómo se valoran y priorizan los derechos humanos. La gestión de Bukele, caracterizada por adoptar medidas enérgicas contra la delincuencia, subraya cómo en contextos de marcada inseguridad, los derechos humanos pueden ser percibidos como obstáculos. Esta percepción amenaza el futuro de nuestros derechos fundamentales en su totalidad.

Reflexión Necesaria

El Programa de la Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) establece que: “la seguridad ciudadana es el proceso de establecer, fortalecer y proteger el orden civil democrático, eliminando las amenazas de violencia en la población y permitiendo una coexistencia segura y pacífica”

En nuestra sociedad actual, el equilibrio entre seguridad y derechos humanos es crucial. La inseguridad puede minar nuestros derechos esenciales, afectando nuestra vida cotidiana. Frente a esto, es vital no ver los derechos humanos como un obstáculo, sino como fundamentales para nuestra seguridad colectiva. El desafío es evidente: debemos proteger estos derechos sin caer en la parálisis institucional o el autoritarismo.

FUENTE ORIGINAL : Los DDHH no pueden concebirse como un obstáculo a la seguridad pública en las democracias

Editor Reporte Confidencial / Abogado 18342 / Comunicador SNTP 8248 / Locutor 17210 / Profesor Inteligencias / Escritor / 7 libros amzn.to/2G3W6ja

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